Post-resaca de la BARCELONA BRIDAL WEEK, hay que tener en cuenta algo previo a la boda: EL ANILLO.
Todas soñamos en ese momento en el que nuestro chico lleva una cajita en la mano y deseamos que dentro haya un resplandor que nos ilumine la cara como si una puesta de sol se tratara: ¡Si, quiero!
Este post no sólo va dedicado a nosotras, sino también a ellos que son los que comprarán el anillo, y mi única pretensión, es que con la emoción, en el momento de la compra no nos tomen el pelo!
No sé a vosotras, pero a mi encanta Tiffany’s, Bvulgary, Cartier… pero creo que cuando se trata del anillo de compromiso, se deben dejar las marcas a un lado y centrarnos en conseguir una buena pieza al mejor precio. Si vas a tu joyero de toda la vida, seguro que te va a ofrecer la misma calidad de diamantes o superior un 20% más económico, además, posiblemente tu pareja pueda decidir qué diamante o diamantes escoja para ti y cómo le gustaría que fueran montados.
En un solo post es complicado explicar toda la complejidad de qué es un diamante, sus formas, colores y calidades, pero voy a explicar algunas características básicas.
Hay cuatro criterios principales a considerar, a la hora de escoger un diamante: peso, color, pureza y talla. Hoy nos centraremos en estos, aunque si realmente quieres convertirte en experta, también debes valorar las proporciones del diamante, la fluorescencia o su acabado, entre otros. Por ejemplo, un diamante de pureza muy buena y de color muy bueno, pero que tiene una fluorescencia muy fuerte o una proporción calificada como “pobre” el precio se va a reducir de manera importante. Es decir, puede haber diferencias de precio importantes en diamantes del mismo peso, pero de colores o purezas distintas.
Empecemos por el peso, los quilates:
Por supuesto los hay más grandes, pero sólo un diamante talla redondo de 3 quilates ya te puede costar entre 45.000-50.000 euros así que de momento creo que ya tenemos suficiente con estos, no??
El color:
La pureza:
Los diamantes tienen impurezas, que son pequeñas manchas normalmente imperceptibles a simple vista. Dependiendo del nivel de impurezas se va a dividir en estos parámetros que vemos arriba. Por supuesto, el precio variará mucho dependiendo si compras un SI (Small impurity 1) o un VVS1 (Very, Very Small Impurity 1) o IF (Puro).
Mejor escoger diamantes de pureza entre IF (puro) y SI2 y el color entre D e I.
Es imposible definir a simple vista de la diferencia entre una pureza VVS (Very, very small impurity) y una VS (very small impurity). En lo que concierne al diamante VVS el microscopio es indispensable para ver las inclusiones.
Los diamantes blancos (incoloros) son los que vemos más a menudo, pero los hay azules, rojos, rosas, verdes, amarillos, negros… y eso no significa que sean más baratos!!!
La Talla (forma):
Aunque la forma es una cuestión de gusto, va bien saber que el diamante tallado en brillante redondo es bastante más caro que los demás, por debajo está el talla princesa, y luego están las otras formas: oval, radiant, marquise, etc…
Exige siempre el certificado de los diamantes, que te lo van a dar siempre que su peso sea superior a 0,50 quilates. Es como su carné de identidad. Escoge siempre diamantes de estas características:
De fluorescencia “None” (Ninguna) o “Slight” (Ligera) y evita los diamantes de fluorescencia “Strong” (Fuerte).
De proporciones “Very good” (Muy buenas) o “Good” (Buenas).
De acabado “Very good” o “Good” y evita el acabado “Medium” o “Poor” (Imperfecto).
Si el presupuesto es ajustado, selecciona colores de H a M y purezas SI. Estos diamantes, bien tallados, conservan mucha luz y brillo.
Ya sabes cómo quieres que sea tu anillo de prometida? A la española tipo Princesa Letiza o a la americana con una super piedra en el centro??
Living my Beauty 